lunes, 28 de julio de 2008

Diaro de vida parte 12 (de 5.046, aprox.)

El muy borracho del Salvador se quedó mirando borrachamente al que lo había "traicionado", con cara de ebrio molesto. Se le acercó, piso un pan y se resbaló. Se sacó la cristo. Perdón, la cresta.

Como estábamos todos medios puestones y ya habíamos puesto Camilo Sesto para el bacilón, nadie pescó mucho el momento altamente tenso que estaba ocurriendo entre los dos que se llaman con J. Mientras unos lloraban, otros insultaba, otros vomitaban y dos que son sospechosamente cercanos se decían que se querían mas que la chucha, llegaron los soldaditos.

Nos miramos. Temblamos. Se cortó Camilo Sesto. En ese momento hubiese sido sumamente útil una música con "taaan" o que al menos tuviese una parte cortita de "taaan" que durara justamente lo que duraba la tensión. Como no sonó ningún "taaan" de tensión, yo me mandé un "taaan" gutural que no sonó tan tensional, pero sí bien ridículo. Es más, algunos se rieron, pero los callaron los otros porque hubiese quedado súper mal que en Misa el cura, años después, dijera "Y al llegar los soldados romanos, todos rieron por el 'taaan' de uno de ellos".

(vuelva a leer el párrafo anterior porque por la cristo que es confusa. Perdón: por la CRESTA que es confusa).

Haciendo cuento corto (de como 2 mil años hasta ahora, pero corto en mi relato), unos curados se enojaron y les bajó todo el tuja así que métale cortando orejas. Yo, que ya me había metido en el cachito, le dije a este otro que mejor pidiera perdón amigablemente y gaymente y le diera el típico beso de reconciliación que siempre ayuda en esos casos. Nada de lap dance, sólo beso.